GODART nace de una vivencia personal: el teatro como espacio de transformación y sanación.
Durante mi formación como actor profesional descubrí algo esencial: igual que se puede construir un personaje en escena, también podemos destruirlo y reconstruirnos a nosotros mismos.
Ese aprendizaje, unido a mi recorrido terapéutico y creativo, se convirtió en un método propio que acabé integrando en mi vida hasta día de hoy. Un lugar donde el cuerpo, la emoción y la palabra se unen para entrenar lo más importante: la forma en que somos, nos relacionamos y nos proyectamos hacia el futuro.
GODART es mucho más que una propuesta artística o terapéutica. Es un espacio seguro, de juego y vulnerabilidad, donde cada persona, equipo o comunidad encuentra la posibilidad de transformarse y evolucionar.